Tipster gratis y Tipsters Premium: Cómo huir de los estafadores

Estamos seguros de que en más de una ocasión lo has pensado, y te has preguntado si un Tipster, sobre todo un Tipster por el que no tienes que pagar, es un engaño o son una verdadera oportunidad para mejorar tus pronósticos y tus apuestas deportivas. No es fácil responder a esta cuestión, y para ello necesitaremos analizar caso por caso, pero hay una serie de puntos generales que debemos tener en cuenta y que nos ayudarán a estar prevenidos cuando nos crucemos con una persona que nos ofrezca sus servicios como Tipster gratis.

Tenemos varias opciones a la hora de hacer nuestras apuestas, Podemos buscar un Tipster Premium profesional, o uno gratuito a través de las redes sociales, o realizar nuestras apuestas siguiendo nuestra intención. Por ‘Premium’ entendemos el que tiene un servicio de suscripción, normalmente mensual o semanal, y que por una cuota nos envía sus pronósticos. Nuestro primer consejo en este sentido es que, si decidimos seguir los consejos de Tipsters, no nos volvamos locos. Centrémonos en uno, dos o máximo tres en los que confiemos, porque si nos ponemos a leer de más acabaremos por no saber lo que tenemos que hacer y confundirnos mucho más.

Debemos tener en cuenta que, siempre, antes de pagar por un servicio, probemos su versión gratuita. Todo buen Tipster tiene un sistema de información a través de redes sociales y ofrece sus Picks básicos sin cuota alguna. Ahí podremos valorar su calidad, su honestidad y su efectividad, y es donde nos deberá convencer para contratarlo. Hay Tipsters gratis que nunca llegan a cobrar por sus Picks. Gratuitos completamente, aunque su volumen de pronósticos es menor.

Buena parte de los Tipsters Premium que podemos encontrar hoy en el mercado han sido o son apostadores profesionales, evidentemente, y han ganado tanto que las Casas de Apuestas han llegado limitar sus apuestas o a echarles. Sus altos índices de acierto han hecho que den el paso para convertirse en un Tipster profesional, ya sea un Tipster gratis o Premium, y ofrecer una cuota de suscripción para compartir sus pronósticos. No deja de ser una salida para ellos, al verse limitadas sus posibilidades de apostar.

Pero también podemos encontrar Tipsters falsos, que no han sido exitosos con sus apuestas pero que nos venden todo lo contrario. Éstos son los que verdaderamente pueden engañarnos y confundirnos. Intentarán cobrarnos una suscripción (y generalmente hablarán mucho más en redes sociales que otros), pero debemos saber que, en la mayoría de casos, sus pronósticos son copiados de otros.

Un Tipster Premium profesional no suele tener excesivos suscriptores. Pocos, pero de calidad. Con una cantidad de usuarios que se acerque a la centena el trabajo empieza a ser rentable, y se plantean poder dedicarse a esto. No es lo normal, pero también hay casos con más de 1.000 suscriptores. El precio del servicio mensual puede rondar los 20€, aunque en algunos casos llega hasta 40€.

¿Cómo sabemos cuándo un Tipster no es de fiar? 

Demasiadas promesas, muchos ‘retos’ para conseguir supuestos favores de Casas de Apuestas, eliminar estadísticas negativas cuando las cosas no le van bien… Otro dato a tener en cuenta es la poca especialización. Cuando un Tipster habla de todo los deportes podemos no fiarnos, ya que es muy difícil que sepa de todo y a un alto nivel.

A partir de ahí, deberíamos intentar saber más de su trayectoria. Cuándo se hizo Tipster, cuánto tiempo lleva apostando, su índice de aciertos, etc. Es interesante fijarnos en su Track Record. Un buen Tipster debe llevar por lo menos 4 años realizando apuestas deportivas con un índice de acierto alto, o eso nos comentan algunos al respecto.

En caso de que te decidas finalmente, te aconsejamos que te suscribes primero un mes, aunque sea algo más caro, y que conozcas el servicio antes de lanzarte a una suscripción anual que sea más económica. Ah, y muy importante, un buen Tipster nunca te obligará a que te registres en una u otra Casa de Apuestas. Aunque por supuesto, sus recomendaciones son muy bien recibidas.